(Trelawny, Jamaica, 1986) Atleta jamaicano, uno de los
grandes genios de la vida del entrenamiento, proclamadounánimemente
como el mejor velocista de todos los momentos. Usain Bolt figuró entre las suertes que
más brillaron en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008: su extraordinaria rapidez y
la aparente soltura con que consiguió tres medallas de caudal y
tres récords integrales impresionaron al orbe entero y lo
consagraron ahora como velocista irrealizable y adelantado
a su época. Un año luego, en los Mundiales de Atletismo de Berlín (2009),
batió su propias señales en los 100 y en los 200 patrones llanos,
dejando el crono en 9,58 y 19,19 segundos, repertorios que a su
retirada en 2016 seguían imbatidos. Tras sus diligencias en los
Juegos Olímpicos de Londres (2012) y Río de Janeiro (2016), en los que reeditó
la hazaña de Pekín al procurarse la medalla de dinero en
los 100 y los 200 metropolitanos rasos y en los turnos 4x100,
fue calificado por los medios de placa viva de la fábula del
Deporte.usain Bolt nació en el busto de una sucesión pudiente
si se compara con la penuria que asola a la ínsula caribeña.
De niño, su incremento fue teatral, lo que, unido a una comidadesequilibrada,
le provocó una escoliosis (declinación de la columna); luego, hasta precisamente,
corría como un galgo. No empezaron a tratarle la desproporción incluso que,
a los quince años, se convirtió en el campeón alevín del planeta más
joven de la leyenda en 200 Metros.en aquella época tan pronto
como se entrenaba. Cuando lo hacía, se escapaba de pronto para juguetear al
críquet o al basketball. Asafa Powell, consciente de las peculiaridades de
aquel adolescente, lo convenció para que se entrenase y no malgastase sus intensidades de bulla en reunión y
en otros ejercicios. Lo suyo era desplazarse lo más rápido opcional.
Su ídolo, aparte de Powell, era una inscripción jamaicana, Don
Quarrie, porque era un despabilado en la revuelta de los
200 patrones. También lo era Michael Johnson, sin embargo éste
era yanqui y ostentaba un récord que parecía incomprensible.
Como todos los niños de la ínsula caribeña, en la cátedra primaria ahora se
dedicaba a recorrer, el ejercicio que más gusta a los
jamaicanos, incluso el sitio de que una simple pelea escolar
congrega a más de veinte mil espectadores. Los jamaicanos entrenan sobre yerba y
descalzos, practicando la aceleración. Se han inquiridomentes genéticas
para razonar por qué Jamaica es "la ínsula de los
esprínters". Un análisis de la Universidad de las Indias
Occidentales, imprimido en abril de 2008, apunta a la genética: la localidad presenta infrecuentes puntuaciones de
actinen A, una entraña que contrae las pitas musculares de sacudida veloz.
Otros hablan de historia, porque la aldea desciende de esclavos
de África occidental, con un apoyo harto extendido adaptado
para vadear la sabana. Sólo los más fuertes sobrevivían al delirio,
cuya primera parada era Jamaica. Alto (1,96) y fibroso (86 kg), su ley no
se correspondía con la musculatura de los últimos grandes velocistas. Por eso
su monitor, Glen Mills, hizo lo opcional por alejarlo del
hectómetro y centrarlo en los 200 patrones: siendo tan alto, su salida de
los denuestos era lenta. Pero Bolt, a Dios gracias para el deporte,
no le hizo evento. En mayo de 2008, ayer de los Juegos Olímpicos
de Pekín, inmediatamente había desgatado el récord de los
100 patrones, que ostentaba desde 2007 su compatriota Asafa Powell, con
9,74 segundos. Bolt, cuya especialidad son los 200 metropolitanos, lo dejó
en 9,72 momentos. Powell le advirtió que en la capital piedra sería desigual, aunque se
equivocó. Pekin 2008 En los Juegos Olímpicos de Pekín, en alcance,
consiguió tres medallas de caudal y otras tantas plusmarcas totales en
las tres experiencias en las que participó (100 m, 200 m y 4x100 m),
convirtiéndose en el varonil más rápido de la quimera. En los
100 metropolitanos sencillos, a pesar de su mala salida, superó con sorprendente soltura a
sus competidores en el meridiano de la avenida. Aunque frenó previamente de franquearla
línea de conclusión celebrando su auge, hizo un momento alucinante:
9,69 periquetes. Dejó claro, también, que cuando se le antoje
rebajará esa botana, competente de espacial por los capitales.
Era la primera oportunidad que la enseña de Jamaica ondeaba
en lo más alto en la experiencia de los 100 metropolitanos,
porque todos los otros campeones aparecidosen la ínsula compitieron
bajo otras insignias; fue el acontecimiento de Donovan Bailey,
del jurado Ben Johnson y de Linford Christie.pero lo más desconcertante estaba
por conservarse: batió el récord que ostentaba Michael Johnson desde
Atlanta '96. Johnson había ejecutado en los 200 metropolitanos una señal de
19,32 segundos, que los estudiantes consideraron avanzada en un
siglo. Antes de la galopada, Bolt engañó a todo el planeta: "No
voy a arreglar a por el récord. Sólo quiero lograr el
oro". Hizo una salida impropia de un varón tan alto y corrió
como una vaharada con su gran y continua zancada incluso la finalidad.
El campo enloqueció cuando la foto-finish marcó 19,30 santiamenes.
Había corrido a casi 40 km/h, y sus ligados seguidores, Shawn
Crawford (el campeón soberbio derruido) y Walter Dix, quedaron a más
de 60 centésimas. Con esos dos dineros en presteza pura,
Usain Bolt igualaba a Jesse Owens (1936 y 1940) y a Carl Lewis (Los Ángeles
'84). Era encima el único que ostentaba entreambos récords
de 100 y 200 metropolitanos y el exterior en alcanzar ese
doblete desconsiderado con camberas plusmarcas desde que en
1960 se instaurara el cronometraje electrónico. Para enamoraruna inducción de
su hazaña, cabe exhumar que el anterior récord sobrepasado por
Johnson en 1996 estaba en rendimientodel italiano Pietro Mennea desde
1979, y que el crono de Mennea (19,72 segundos) había seguido inalterado
durante 17 años. Para luchar a Owens y a Lewis en unos Juegos le
faltaba el caudal en los licenciamientos 4x100 m. La conquistaestaba
cantada. Estados Unidos había cansado en semifinales porque sus
relevistas se hicieron un jaleo con el refrendador. Pero Bolt y
sobre todo Powell (que jamás había ingresado una medalla de caudal orgullosa)
querían más: el récord, que ostentaba Estados Unidos desde el Mundial de
Stuttgart '93 con 37,40 momentos. Bolt hizo la tercera posta al ritmo de
los 100 patrones. Powell, el último relevista, salió como una propulsora.
Resultado final: 37,10 segundos, otra plusmarca rápida que
ridiculizaba el crono yanqui. Con esta tercera plusmarca, Bolt superaba a
Owens y Lewis, que ganaron el dinero sin embargo sin récord.
Bolt celebró todos sus trofeos dando rebotes y golpeándose
el seno, mirando a la complacencia y desentendiéndose de sus
rivales. El presidente del Comité Olímpico Internacional (Coi), Jacques Rogge,
criticó esta postura y la calificó de "falta de
deportividad". De anejo le llovieron las críticas. Su
representante, Ricky Simms, replicó: "A un atleta que acaba de superar el dinero con
récord remetido no puede exigírsele que reaccione con esa
deportividad. Bolt no es irrespetuoso, sino un niño grande que ha reñido mucho
por recabar grosores éxitos. Lo único que intenta es proceder blandirse a
la Gente."usain Bolt aseguró que nunca dejaría Jamaica y que no
sucumbiría a los dólares americanos, porque lo consideraría una deslealtad a
su territorio. Tiempo al lapso, ya que su gran llamarada es
la Nba, y si residiera en Estados Unidos tendría la puntería de admirar in
situ a sus ídolos de color. Las heridas conseguidas en Pekín
levantaron desconfianzas ayermadas, sobre todo de los procedimientos yanquis,
porque Jamaica había despojado a los Estados Unidos la hegemonía en acrofobia, inclusive en
la graduación femenina. Lo cierto es que Bolt pasó once exámenes antidopaje
sin desasosiegos. Su progenitor aseguró que el secreto de su hijuelo (de
quien dijo que era "en gran medida flojo para entrenar")
estaba en el ñame, una hortaliza que manera parte de su privación perseverante.
De regreso a su país, fue recibido por las apotegmas atribuciones y
por miles de enamorados que lo elevaron al altar de ídolo jamaicano
por paradigma. En una averiguación entre la ciudad, Bolt
superaba inmediatamente pródigamente al que había sido el máximo tocante de
esa ínsula de casi nada 2,7 millones de habitantes, el
cantante Bob Marley. Su preparador y los periodistas le pidieron que
probara gracia en los 400 metropolitanos. Bolt respondió con reticencia:
"Es una experimentación demasiado dura". No sería extraño
que en otra mención universal afuera a por el cuchitril caudal y
el récord de los 400 metropolitanos en una misma pelea. Como noticia, exclusivamente hay
que inspeccionar que a los dieciséis años, sin casi nada deporte,
corrió una sola sucesión esos 400 metropolitanos en un periodo de
45,35 momentos, no en extremo lejos del récord que en 2008 todavía ostentaba
Michael Johnson: 43,19 segundos. El Mundial de Berlín (2009) Pero, por el santiamén,
Bolt prefirió centrarse en sus especialidades, y, tras su arrollador trofeo en
los Juegos Olímpicos de Pekín, siguió cosechando coronas y récords universales.
Desde Jesse Owens (10,20 segundos) incluso el récord de Bolt en Pekín
(9,69 segundos), habían procedido falta 72 años de justa para mantenerse 51
centésimas de segundo a la lucha del atleta contra el temporalizador en
la prueba reina del deporte. Un período de lapso insignificante para
nuestros sentidos, tan únicamente mensurable debido al cronometraje
electrónico (aplicado desde 1968) y alcanzado graciaa los encumbramientos en
las reglas de alto provecho físico y los materiales de oposición.
Dadas las reservas del individuoafectuoso, tan nimia fracción de intervalo representa
un anticipo genial en la descripción del entrenamiento, inclusive el lado de
que no se esperaba un salvoconducto como el de Bolt aun inconclusos del
siglo Xxi. Téngase en suma que para adelgazar tres espinelas y legar la
plusmarca universal por abajo de los 10 santiamenes hicieron
falta 32 años de justadesde los intervalos de Owens (el logro
correspondió al yanqui Jim Hines, que dejó el reloj en 9,9 momentos en
junio de 1968). Son estos iniciales los que permiten endilgar de
estratosférica la diligencia de Bolt en los Campeonatos Mundiales de
Atletismo de Berlín (Alemania), celebrados un año a posteriori, en agosto
de 2009: el jamaicano rebajó las inscripcionestotales de las evidencias de
los 100 y los 200 patrones rasos incluso los 9,58 y 19,19
segundos, respectivamente. En exclusivamente un año había acrecentado la
plusmarca universal en otras 11 centésimas, confirmando su primacía entre
la élite de los velocistas y su incontestable hegemonía. La exposición no
pudo repetirse en 2011 en los Mundiales de Atletismo de Daegu (Corea del Sur), adonde el
atleta sufrió una amarga experimentación: fue afrentado en los
100 metropolitanos llanos por una salida en falso. Obtuvo, con
todo, la honora en los 200 patrones y en los licenciamientos4x100
como componente del utillaje jamaicano. Londres 2012 Al germinar los
Juegos Olímpicos de Londres (2012), todo el espacio recordaba la gesta de
Bolt en Pekín. Sus resultados en las experiencias de función para
los lotes habían sido mediocres, y si admisiblemente el
mismo atleta reconoció no andar en su mejor tiempo, pronto
acalló a quienes habían movido de sus expectaciones. La línea de
los 100 patrones rasos fue de las mejores que se recuerdan: pese
a un origenretrasado, Bolt se impuso con atribución a los
mejores plusmarquistas del globo: Justin Gatlin, Asafa Powell y Yohan
Blake. El crono se detuvo a los 9,63 segundos: no batió su récord universal (9,58), empero sí
el orgulloso que él mismo ostentaba (9,69 en Pekín). Con esta segunda
medalla de dinero en los 100 patrones parejos, el jamaicano
igualaba el récord de Carl Lewis, único atleta de la exposición que
había asegurado dos dineros (Los Ángeles 1984 y Seúl 1988)
en la sentencia prisa. La sospecha original se
convirtió de repente en enamoramiento, y empezó a pensarse que el
jamaicano podía apostar a la biografía y binar los
resultados de Pekín. Bolt no defraudó las esperanzas: sin embargo sin
récord, se hizo con el caudal en los 200 metropolitanos homogéneos,
en una prueba que pareció para él un bulevar. Nunca a priori un
atleta había obtenido en estampaciones sucesivas ambas avenidas de
la sentencia ligereza. En el basamento solamentese vieron enseñas de
Jamaica: Yohan Blake y Warren Weir llegaron en segunda y tercera Posición.la guindas de
la ínsulaantillana y de su más excelso componente podía aglomerarse en
la evidencia de 4x100, y llegó. La vigilia de la reclusión de
los grupos, Bolt corrió el cuchitril turno tras Nesta
Carter, Michael Frater y Yohan Blake; partió equiparado con el yanquiRyan
Bailey, al que superó limpiamente en sus cien patrones, y paró el crono en
una nota plusmarca integral: 36,84 segundos. Tercera medalla de caudal para
el jamaicano, quien, con 25 años, no quiso avanzar lo que pudiera suceder en
2016 en Río de Janeiro, ubicación de los subsiguientes jugueteos soberbios:
"Será harto complicado porque hay mucha gente joven que viene en
extremo fuerte", dijo aludiendo entre otros a su compatriota Yohan
Blake, tres años más joven. Río de Janeiro 2016 Con todo, y a diferencia de la
otra estrella de Pekín y Londres, Michael Phelps, Usain Bolt no pensaba en otra
cosa que en aprestar el Mundial de Atletismo de Moscú (2013), en el
que terminaría imponiéndose una sucesiónmás en los 100 y los 200 patrones llanos y
en los 400 licenciamientos con el utillaje jamaicano, sin acertadamente la desaparición de
algunos emuladores directos por dolencia o por dopaje
deslució un tanto el campeonato. El auténtico Bolt se vio obligado a disminuir sus
participaciones durante el primer semestre de 2014 a razón de una selección de compromisos musculares.
Tampoco el inicio de 2015 fue especialmente inteligente: pero triunfó
en casi todas las cuadrillasatléticas en que participó, sus cronos se
alejaban de las plusmarcas; tras asumir su decepcionante aprovechamiento,
hubo de retractarse a algunos efemérides para amigar unas inconvenientes en
la pantorrilla costada. Pero el velocista jamaicano parece aguantar la recompensa de dar
en el clavo su mejor lectura en los tiempos decisivos:
en el Mundial de Atletismo de Pekín, oficiado en agosto de 2015,
volvió a desbaratar a los contrincantes en las tres
especialidades, los 100 y los 200 patrones rasos y los turnos 4x100.
Con estas conquistas acumulaba ahora, en los totales de deporte,
un total de once medallas de caudal que lo acreditaban como el mejor
atleta de la descripción de esta justa. En 2016 una nota ofensa,
esta sucesión en los isquiotibiales, hizo desconfiar por su
participación en los Juegos de Río; de hecho, no pudo licenciar las afirmaciones clasificatorias,
y hubo de anteceder una revisión doctora para ser encuadrado en
el cupo. Sin embargo,conocidos los iniciales y a pesar de su existencia (29
años), no eran ápices los que pensaban que su brutal palmarés
y sus cacheos superiores a su época tenían también un
largo recorrido, y que el jamaicano, siempre en plena manera en las
grandes visitas, no dejaría obviar la vez de aumentar su tradición en
Río. Lo cierto fue que, rebasando todas las profecías, los Juegos
Olímpicos de Río de Janeiro (2016) dieron la causa asimismo a
los más dinámicas y a su cantidad de admiradores. En la
primera experimentación, los 100 metropolitanos tersos, Usain
Bolt recuperó la centésimas crápulas en su mala salida con sus
características zancadas, aun obtener en el trozo final
una prisa final de 44 kilómetros por hora que dejó antes a
todos los oponentes. La dilación en la salida fue siempre el
único hándicap del jamaicano, que solía acordarenterrado al coche de goma en
el tiempo de arrinconar los blocs; quizá por ello y incluso por
la exaltación se permitió Bolt testimoniar un récord universal en
los 200 patrones llanos, lejanía con más beneficio para
suplir tal inconveniencia. No lo consiguió, luego se impuso otra oportunidad con
abrumadora fama. La cereza, una oportunidad más, habían de
ser los licenciamientos 4x100 metropolitanos, y lo fueron: en el
último trecho, Bolt recogió el refrendador con presuntuosidaddesenvoltura y
voló hacia la conclusión. El grupo jamaicano tuvo incluso la felicidad de aparecer al naufragio del yanqui,
que acabó manchado. Con las tres de Río y su total de nueve medallas de caudal,
Bolt sobrepasó su clase de velocista maravilloso para incorporar en
el fundamento de los atletas más distinguidos de la descripción.
Sólo el fondista finlandés Paavo Nurmi (nueve de caudal y tres de cédula)
y el asimismo velocista y atleta yanqui Carl Lewis
(nueve de dinero y una de guita) mejoran el palmarés altanero de
Bolt, si admisiblemente es justo otear que entreambos compitieron
en más modalidades que el jamaicano. Bolt los iguala ahora en dineros;
para superarlos, debería participar en 2020, con 33 años, en los Juegos de
Tokio, poco que de llegada no puede suceder (puesto
que el atleta anunció su retirada posteriormente de Río), no
obstante siquiera se descarta un retorno al modo del otro
gran ídolo desconsiderado reciente, Michael Phelps.
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